jueves, setiembre 18, 2008

Historia de la Gastronomía Peruana – Los Pescados y Mariscos – Parte 1


"Abren el pescado, e cavan la tierra hasta un palmo de hondo, e cúbrenlo allí de tierra, e está así enterrado cinco a seis días, e cabo dellos sácanlo curado, sabe mucho mejor que el buen pescado cecial de Galicia e Irlanda, e tan enjuto, e se tiene después así todo el tiempo que quieren."


Fernández de Oviedo


El agua, fuente de vida, fue venerada por los antiguos peruanos como Cochamama o Mamapukya, madre de los mares, ríos, lagunas y manantiales, inspirando en los hombres temor, respeto, agradecimiento y profundos sentimientos mágico-religiosos.


Cuenta la leyenda que en tiempos remotos, el dios Kon había creado el cielo, la tierra, el sol, la luna, las estrellas y también los peces, con su sola palabra.


Fue así cómo los peces de mar, ríos y lagunas; moluscos y crustáceos se convirtieron en la principal fuente de alimentación del hombre de la chala, como lo evidencian los enormes basurales que se registran arqueológicamente en toda la costa.


La diosa Si o Urpaywachaq fue adorada como La fecunda Madre de los peces y Protectora de los pescadores, a quien invocaban poniendo en sus embarcaciones plumas de aves marinas. Su templo estuvo en Pachacamac, la ciudad santuario de los oráculos en la que había un estanque sagrado con todas las variedades de peces de nuestros mares.


Los ríos y lagunas proveían a los habitantes del Tahuantinsuyo de bagre, sardina blanca de Yucay, dorado o chakechallwa de Huánuco, lisa, suky o pejerrey, suche y camarones, entre muchas otras especies.


El camarón, cryphios caementarius, es uno de los más deliciosos productos de río. Cuenta la leyenda que su Illa mágica o Camarón madre, con cuerpo de esmeralda y ojos de rubí, vive en las oquedades de los ríos de Arequipa.


Las especies marinas de mayor captura desde tiempos remotos son: lenguado, corvina, cojinova, mero, liza, róbalo, cabrilla, sábalo, cabinza, coco, caballa, bonito, pámpano, pejerrey, chita, sardina, borracho, pejesapo, congrio, pez espada, etc. Se consumieron también mariscos: conchas, choros, almejas, machas, cangrejos, langostinos, caracoles, chanques, lapas, entre otros.


Según el cronista, padre Gonzáles Holguín, el chachechallwa o pez dorado era el preferido del Inca.


Los antiguos peruanos utilizaban para la pesca, en la zona norte, los pequeños caballitos de totora y las embarcaciones hechas con madera de balsa. En el sur se cree que pudieron ser utilizados barcos de vela, como lo evidencian algunos remos de gran tamaño, timones y orzas, huaras (centerboards), que sólo servirían para ese tipo de barco según Hans Horkheimer.


Utilizaron también como instrumental, arpones de madera o de hueso; anzuelos de conchas, huesos y cobre; cuerdas con anzuelos; redes de pescar; flotadores para redes; pesas de piedra y bolsas-redecillas.


A medida que avanzaron en el tiempo, fueron perfeccionando sus técnicas e instrumentos de pesca. Sus redes fueron teñidas con tinte de la corteza del mangle para hacerlas resistentes y éstas se hicieron especiales para cada tipo de captura como boniteras, tolleras, liseras, que se ajustaban al tamaño de cada especie marina. Hicieron también nasas e izangas para recoger cangrejos, langostinos y camarones.


Los pescadores recibían el nombre de guaxme o challua camayoc. Utilizaron primitivamente la técnica del ch'acu o rodeo de peces, que se fue perfeccionando hasta alcanzar una importante labor ejecutada por miles de pescadores que en el siglo XVI se dedicaban exclusivamente a esta actividad.


Éstos hablaban una lengua especial que María Rostworowski llama "la pescadora". Además contaban con caminos propios que partían desde la costa al Cusco para proveer al Inca y la nobleza de pescado fresco.


Los pescadores vecinos de mares, lagos y ríos, contaban con un área propia de extracción.


Por ejemplo: la fluvial del Rímac estuvo restringida a dos ayllus, uno de ellos, el de pescadores, que operaba en el tajamar y la alameda de Acho; mientras que el de los camaroneros operaba entre San Lázaro, Rímac, hasta aguas arriba de Chosica.


Enero era el mes de la pesca marítima, mientras la fluvial y lacustre de la sierra, era entre marzo y julio. (Antúnez de Mayolo).


El pescado se consumía fresco en diversas preparaciones:


Crudo y condimentado con hierbas y ají; macerado en jugo de frutas ácidas, lo que sería el cebiche precolombino; cocido en kanka (a la brasa); en watia o piedras calientes; en challua chupi; chilcano y en rocros o ajiacos.


Al pescado fresco se le denominaba huccuchallua y al seco se le llamó cucho o challuacharqui, el cual era muy consumido y utilizado en campañas militares y durante la construcción de grandes obras.


Refiere Juan Diez de Betanzos, que había una ordenanza del Inca de repartir maíz, charqui y pescado seco, cada cuatro días, entre los 50,000 constructores del nuevo Cusco y sus familiares, durante los 20 años que demandó esta obra.



*Chita al Ajo (Sargo -Diplodus sargus)



Tiempo de preparación: 20 Minutos

Tiempo de cocción: 30 Minutos



Ingredientes:


1 Chita de 2 kilos

60 Gramos Ajos pelados

30 Gramos Margarina

1/2 Cuchda. Pimienta molida

4 Limones

2 Huevos

1 Taza Maicena

1 Litro Aceite vegetal


Preparación:


1- Limpiar, eviscerar y escamar la chita y darle unos tajos en la carne de cada lado. Sazonarla con sal, pimienta y jugo de dos limones.

2- Moler la mitad de los ajos y mezclarlos con los huevos batidos con cuatro cucharadas de agua, sal y pimienta.

3- Pasar el pescado por la maicena, luego por los huevos y nuevamente por maicena.

4- Freír la chita a fuego fuerte al principio y moderado después, en suficiente aceite que la cubra, para que cocine durante quince minutos por cada lado.

5- Cortar el resto de los ajos en láminas finas y freírlos en margarina mezclada con aceite, sal y pimienta. Sacarlos apenas empiecen a dorar y esparcirlos sobre el pescado espolvoreando luego con perejil picado.

6- Servir con rodajas de limón y papas moldeadas y doradas.



*Del libro de la autora Pescados y Mariscos – Premio Gourmand 2004



Gloria Hinostroza 18/09/2008

viernes, setiembre 12, 2008

Historia de la Gastronomía Peruana – Parte 9 -


La Repostería Colonial - 2


"Por estos valles siembran los indios al maíz, y lo cogen en el año dos veces, y se da en abundancia, y en algunas partes ponen raíces de yuca, que son provechosas para hacer pan y brebaje a falta de maíz, y críanse muchas batatas dulces, que el sabor de ellas es casi como castañas; y asimismo hay algunas papas y muchos frijoles, y otras raíces gustosas. Por todos los valles de estos llanos hay también una de las singulares frutas que yo he visto, a la cual llaman pepinos, de muy buen sabor y muy olorosos algunos de ellos. Nacen asimismo gran cantidad de árboles de guayabas, y de muchas guabas y paltas, que son a manera de peras, guanábanas y caimitos y piñas de las de aquellas partes."


Cieza de León



*Turrón de Guanábana


Tiempo de preparación: 30 Minutos

Tiempo de cocción: 3 Horas


Ingredientes:


10 Huevos

100 Gramos Pecanas peladas

1 Kilo Guanábanas

2 Tarros Leche Evaporada

1 1/4 Kilo Azúcar Blanca

1 Raja Canela en Rama

1/2 Litro Crema de Leche

1/2 Taza Azúcar en Polvo

1/2 Cuchta. Vainilla

1 Limón


Preparación:


1- Batir las claras a punto de merengue y agregarles el jugo de un limón, luego, poco a poco, tres tazas de azúcar mientras se sigue batiendo hasta que forme picos; enseguida agregar las pecanas picadas.


2- Colocar encima de dos círculos de papel de 0.25 centímetros de diámetro que estén sobre una lata de hornear. Poner en el horno tibio a 60 grados durante tres horas.


3- Mientras tanto, hacer una Natilla con dos tarros de leche, diez yemas, la canela y una taza de azúcar. (Ver receta en Baños y Rellenos)


4- Pelar y sacar las pepas a las guanábanas y unirlas a la natilla.


5- Batir la crema de leche con la vainilla y azúcar en polvo, hasta que forme picos.


6- Hacer caramelo, con una taza de azúcar, agua que la moje y el jugo de un limón. Cuando se ponga dorado, enfriar un poco y con un tenedor hacer hilitos circulares sobre un molde aceitado.


7- Cuando estén listos los discos de merengue, sacarles el papel con cuidado de no romperlos. Poner uno sobre una fuente y colocarle el relleno de guanábanas, cubriendo con el otro disco. Cubrir la superficie con la crema batida y ponerle encima los hilos de caramelo cuidando no se quiebren.



*Natilla


Tiempo de preparación: 10 Minutos

Tiempo de cocción: 20 Minutos

Ingredientes:


8 Yemas de huevo

2 Tarros Leche Evaporada

1 Raja Canela en Rama

1/2 Taza Azúcar Blanca

2 Cuchdas. Maicena


Preparación:


1- Poner en una olla gruesa la leche, con la canela y el azúcar.


2- Cuando rompa a hervir, agregar las yemas ligeramente batidas y mezcladas con la maicena disuelta en media taza de agua fría. Mover fuertemente hasta que espese.



*Del libro de la autora Repostería Peruana



Gloria Hinostroza 12/09/2008

jueves, setiembre 04, 2008

Historia de la Gastronomía Peruana – Parte 8 - La Repostería Colonial





La Repostería Colonial


"Es cosa increíble y que pone admiración, ver la inmensa cantidad de dulces que se gastan en estas Indias, que yo tengo para mí, que no debe haber región en todo el universo donde se consuma tanta suma; y con todo eso, sobra tan grande copia de azúcar cada año, que se cargan muchos navíos de ella para España..."

Bernabé Cobo


En el Perú, donde funcionó uno de los principales virreinatos, se establecieron las familias más adineradas que practicaron una culinaria exquisita en la que se acostumbraba beber café muy temprano, se almorzaba entre las 10 y 11 a.m., se comía de 4 a 5 p.m., y la cena se servía a las 6. A mediodía se servía "el Once", que consistía en una copa de algún afamado "aguardiente". Se le llamaba así, porque cuenta con once letras, según Pablo Patrón.


El chocolate, espeso y fragancioso, se perfumaba con canela, clavo, jengibre y nuez moscada, se acompañaba con bizcochos y era la bebida preferida de los peruanos que la denominaban "el Agasajo" ya que con ella agasajaban a las visitas que eran atajadas para ser finamente atendidas.


Las ciudades que fundaron los españoles en todo el Perú fueron pobladas por importantes familias que se dedicaron a la agricultura, formando importantes haciendas; sus casas eran grandes y cómodas, se vivía con lujo y se practicaba una excelente cocina y gran repostería.


Las damas eran educadas en labores de la casa. Se bordaba, tejía y se practicaban exclusivos recetarios europeos, pero sobre todo, dulcería variadísima con recursos de cada región.


La pasión por los dulces se extendió por todo el territorio. La zona norte del Perú fue esencialmente azucarera y por lo tanto dulcera, allí se hacían el Antecoco, el Mazapán, el Huevo Chimbo, el Budín de Chancay, dulce de Membrillo, Quesillo con Miel, mazamorra de Algarrobina, entre otros.


Además abundan los dulces a base de chancaca y de productos de la región, como cítricos, mangos, cocos, piñas, leche de cabra que producen las Natillas; Cocadas, Chancaquitas con Maní, Gofios, Chumbeques, Turrón Amarillo con Miel de Fresas y el Gran Alfajor de Yemas "King Kong", entre otros.


Huaraz se hizo conocido por sus dulces como Cajetas Cuarteadas, de Manjar blanco y Jalea de Membrillo, de fantástico color rubí; los Huevos a la Nieve, Mermelada de Cidra, Huevos Molles, Fachendas incomparables, Molletes, Maicillos y muchas otras delicias.


En Lima se hacían Buñuelitos, Picarones, Maná, Bienmesabe, Mostachones, Ponderaciones, Oquendos, Arroz con Leche, Mazamorra Morada. En esos tiempos no se consultaba el reloj, sino al pregonero, nos cuenta Ricardo Palma:


La lechera indicaba las seis de la mañana.

La tizanera y chichera de Terranova, a las siete.

El bizcochero y la vendedora de Leche Vinagre "Cuajadita", a las ocho.

La vendedora de Sanguito de Ñajú y Choncholíes, a las nueve.

La tamalera, era anuncio de las diez.


A las once pasaban la melonera y la mulata del convento, vendiendo Ranfañote, Cocada, Bocado de Rey, Chancaquitas de Cancha y Maní y Frejoles Colados.


A las doce, aparecían el frutero de canasta llena y el vendedor de Empanaditas de Picadillo.


La una era señalada por el vendedor de Ante con Ante, la arrocera y el alfajorero.


A las dos de la tarde la picaronera, el humitero y el de la rica Causa de Trujillo.


A las tres el melcochero, la turronera y el anticuchero, clamoreaban con más claridad que la Mari‑Angola de la Catedral.


A las cuatro gritaban la picantera y el de la Piñita de Nuez.


A las cinco chillaban el jazminero, el de las Caramanducas y el vendedor de flores de trapo que gritaba: ¡jardín!, ¡jardín!,... ¿Muchacha, no hueles?


A las seis canturreaba el raicero y el galletero.


A las siete de la noche el caramelero, la mazamorrera y la champucera.


A las ocho el heladero y el barquillero.


A las nueve el animero o sacristán, pedía para las ánimas.


Después el sereno del barrio: ¡Ave María, Purísima!, las diez han dado,... ¡Viva el Perú y sereno!


Otro de los pregones limeños más recordado era el de las galletitas "Caramanducas", llamadas así por la forma de gorro militar de la época, sazonadas con anís, clavo y canela:


Caramanduca caliente

música para los dientes.

Azúcar, clavo y canela,

para rechinar las muelas,

¡Revolución!,...


Muchos negros esclavos al ser liberados se hicieron pequeños comerciantes al menudeo de dulces y mazamorras que vendían en enormes peroles, los cuales literalmente volaban antes de las cuatro de la tarde.


El Turrón de Doña Pepa, uno de los más logrados dulces limeños, recorre nuestras calles, junto al Señor Morado, cada mes de Octubre. Cuentan que fue preparado por primera vez en 1880, por una mujer negra llamada Josefa Marmanillo o Josefa Piérola. -Piérola era el nombre de su amo- Ella se lo ofreció al Señor de los Milagros en agradecimiento por haberla curado de una artritis que la había imposibilitado de usar las manos.


El turrón se vendió por primera vez en una galería que había en la esquina de la Pileta de la Encarnación y que pertenecía a José Piérola.


En el Sur se hacían los mejores dulces coloniales utilizando las extraordinarias frutas que produce esta privilegiada zona.


En Ica se preparaban dulces, que aún se siguen haciendo, como las Tejas de Limón, Naranja y Pecanas, el Manjar blanco de Frutas, el Frejol y Pallar Colado, Higos Verdes Calados, Dulce de Nísperos de Palo, entre muchos otros.


Ica es la tierra donde nació el Pisco, nuestro incomparable aguardiente, "Puro de Ica". Su campiña generosa nos provee de las más sabrosas frutas Endulzadas bajo su sol abrasador; sus uvas, dulcísimas, producen los vinos generosos y de mesa en las variedades de Cabernet, Merlot, Verdot, Sauvignon, Malbec, Semilion, entre otros. La bebida más popular del Perú, el Pisco, se produce en variedades de Puro, Italia, Moscatel, Mosto Verde y Acholado, que provienen de las distintas clases de uvas: Albilla, Quebranta, Italia, Mollar, Torontel, Borgoña y Negra Corriente.


El Perú fue el primer país de América en cultivar vides y fue Francisco de Carabantes quién trajo las primeras cepas de Las Canarias entre 1551 y 1553, siendo cultivadas en el Pago de Tacaraca, Ica, de tierras fértiles y con el abundante riego de sus acequias y canales construidos por los Incas.


De Arequipa nos quedan: el Queso Helado, Arequipar o Arequipa, (dulce de leche con frutas) Alfajores, Voladores, Bizcochos, Maná, Maicillos, Polvorones, Mazapanes, Bombones, entre otros.


En Moquegua los Guargüeros, Alfajor de Penco, Empanada de Carnaval, la Torre de Hojuelas, las Alegrías, así como muchísimas otras golosinas y licores finos que siguen engalanando sus mesas.


En la sierra se acostumbra hacer los tradicionales Panes de Maíz, Alfeñiques, Cajetas Cuarteadas de Jalea y Manjar blanco, Dulces de Mixtura, entre otros.


Es nuestra selva la despensa del futuro y fuente inagotable de frutas exquisitas aún no explotadas.


La Pastelería Peruana debe adecuarse a las preferencias actuales, con el dinamismo que exige el arte de la repostería, pero sin perder la esencia de sus preparaciones tradicionales.



Gloria Hinostroza 04/09/2008