viernes, enero 11, 2008

Historia de la Gastronomía Peruana – Cocina Norteña - Piura



El extremo norte del Perú, zona de desértica belleza, comprende los departamentos de Piura y Tumbes habitados hace miles de años por importantes etnias, principalmente los Tallanes y los Vicús.

La cultura de los Tallanes está considerada como una de las más antiguas que poblaron la costa peruana. Cabello de Balboa cuenta de las marcadas diferencias de esta cultura con otras de la región y opina que estos provenían de alguna inmigración andina. Impusieron un sistema de gobierno y un idioma oficial, el sec. Su producción cerámica pudo tener influencias Mochica y Chavín.

Según cuenta Juan José Vega, "Tumbes impresionó a los españoles por su calidad artística: palacios y templos suntuosos, con muros de adobes esmaltados en muchos colores y techumbres tan bien labradas que no parecían sino de oro"

"Este valle de Tumbes solía ser muy poblado y labrado, lleno de lindas y frescas acequias sacadas del río, con las cuales regaban todo lo que querían y cogían mucho maíz... y muchas frutas muy gustosas... andaban vestidos con sus mantas y camisetas y traían en la cabeza puestos sus ornamentos que eran cierta manera redonda que se ponían, hecha de lana y alguna de oro y plata o de unas cuentas muy menudas que tengo ya dicho llamarse chaquira." Cuenta en sus crónicas Pedro Cieza de León.

Esta zona posee desiertos abrasados por el sol, de extraña belleza, en donde los algarrobos retuercen sus ramas y cobijan a su sombra animales silvestres, con dunas interminables y puestas de sol de intenso colorido que se alternan con las tierras pantanosas de los manglares, formados por miles de millares de arbustos que se pierden en el horizonte en el más bello panorama imaginable.

Estos pantanos formados en el delta del río Tumbes, el único navegable de la costa, se producen por el torrente del río que al ingresar en el mar arrastra gran cantidad de lodo en el que se levanta la maraña de las recias raíces de los manglares. Se han formado en esa zona muchísimas islas e infinita cantidad de canales que albergan una gran producción de conchas negras, producto distintivo de Tumbes, así mismo la concha huequera, lapas, conchas rayadas, almejas y ostras, entre otras. A partir de 1988, se estableció el Santuario Nacional Manglares de Tumbes con un territorio de 2.972 Has., para preservar el único bosque de manglares del Perú. Un gran número de especies de peces se desplazan entre el flujo y reflujo del mar, proveyendo a la zona de grandes recursos alimenticios.

En la actualidad la ciudad de Tumbes es sencilla y tranquila, refrescada por la suave brisa que proviene de su caudaloso río. Dicen los tumbesinos: “toda persona foránea que toma agua de coco, come camote y se baña en el río, se queda en Tumbes"

Esta es la forma de pensar del tumbesino, con una hospitalidad que se remonta a los tiempos en que llegó Francisco Pizarro a sus playas, en 1527.

El departamento de Piura puede ser considerado como el centro del vasto dominio del Gran Tallán, cuyo dios tutelar fue Wirá, "el que procede de la tierra" y fue gobernado en forma muy singular por las capullanas, mujeres que ejercitaban un poder dictatorial.

La cultura de los Vicús se asentó al lado del cerro del mismo nombre. Su origen se pierde en el tiempo y sus ceramios se consideran los más antiguos de la costa peruana. Esta producción cerámica fue de gran belleza, con un colorido y calidad que la coloca entre las mejores del mundo.

Casi la totalidad de los huacos encontrados en Piura son procedentes de Frías, en la provincia de Ayabaca, y de Vicús en Morropón. Los objetos de oro, finamente labrados, entre los cuales destaca una estatuilla con representación humana de extraños rasgos étnicos que aún no han sido descifrados, fueron encontrados en la región de Frías. Estas culturas se extendieron hacia el norte, en los actuales departamentos de Piura y Tumbes, hasta Guayaquil.

"...más adelante de Pocheros, está el ancho y gran valle de Piura, adonde se juntan dos o tres ríos que es causa que el valle sea tan ancho y en el cual está fundada y edificada la ciudad de San Miguel... esta ciudad de San Miguel, pobló y fundó el adelantado don Francisco Pizarro, gobernador del Perú, llamada en ese tiempo Nueva Castilla, en nombre de su majestad, año del Señor de 1531 años." Narra en sus crónicas Pedro Cieza de León.

Piura tiene el orgullo de ser la cuna del máximo héroe nacional Don Miguel Grau, el Caballero de los Mares.

El departamento de Piura tiene una costa accidentada, con puntas, cabos, bahías y penínsulas de extraordinario paisaje. Su desierto está cubierto de algarrobos, dunas interminables, espejismos, ‑temblores del horizonte por el reflejo del sol- y es uno de los más extensos. Ese mismo desierto, en su encuentro con el mar, produce bellísimas playas con kilómetros de arenas blanquísimas y un mar de azul intenso, de aguas tibias y tranquilas. De allí viene la frase "La luna de Paita y el sol de Colán"

La mayor parte del territorio piurano esta cruzado por el río Piura que nace en la sierra de Huancabamba y se forma de las aguas de los ríos Naranjo y Tunas, Suchamama y Chalpa que se juntan en Serrán, llamándose más abajo Salitral y luego Piura.

"En la espesura de los valles hay algarrobas algo largas y angostas, no tan gordas como vainas de habas. En algunas partes hacen pan de estas algarrobas y lo tienen por bueno." Continúa Pedro Cieza de León en La Crónica del Perú.

Los algarrobos de Piura son la misma imagen del paisaje piurano, sus retorcidas ramas y sus perfumados frutos son desde tiempos milenarios el alma de estas tierras. En estos campos de algarrobo se crían cabras y burros silvestres o "piajenos", que tienen el pelo muy largo y su alimento o "sudán" son las vainas del algarrobo, árbol tutelar de Piura.

La actual ciudad de Piura cuyo asiento primitivo fue en Tangarará, sobre la margen derecha del rió Chira, se trasladó en 1578 al puerto de Paita desde donde, por temor a los piratas, se traslada nuevamente, el 20 de setiembre de 1588, al lugar que ocupa en la actualidad donde es fundada nuevamente por don Pedro de Cadalso y Salazar.

En Piura se establecieron importantes familias que construyeron hermosas casas al estilo de la época, de amplios patios, abovedados zaguanes y ventanas enrejadas.

Esta ciudad conserva algunas de sus estrechas calles coloniales y una que otra de aquellas mansiones. Sus calles antiguas: San Francisco, hoy calle Lima, que era donde vivían los españoles de más dinero y linaje; luego viene la Calle Real, actualmente llamada Libertad; la calle El Cuerno, hoy llamada calle Tacna, la mitad y calle Grau la otra parte, que es la principal arteria de la ciudad. La calle Arequipa era antes la calle Playón; continúa la antigua calle Pedregal, hoy llamada calle Cusco; Los Ángeles, llamada actualmente Junín, era donde terminaba lo ancho de la antigua Piura.

La Plaza de Armas piurana, limpia y bien cuidada, ostenta una estatua de mármol a La Libertad obsequiada por el presidente Balta; su catedral fue terminada de construir en 1588, con bellísimos altares de pan de oro e imágenes del Niño Jesús de Praga, la Virgen de Fátima, la Sagrada Familia y valiosos lienzos.

Su reciente Museo Municipal, cuenta con una importante muestra arqueológica y colección de pinturas así como interesantes maquetas que ubican sus valiosísimos restos arqueológicos.

En esta tierra se sigue practicando el arte ancestral de la orfebrería. Catacaos se distingue por sus bellísimas piezas trabajadas en hilos de oro y plata que forman infinitos arabescos con figuras de mariposas, flores, aves diversas, "tumis", así como los aretes clásicos de la zona o "dormilonas" y un sin número de figuras.

La cerámica de Chulucanas, artísticamente decorada con la maestría heredada de sus antepasados, está ampliamente difundida y es muy apreciada por los turistas.

Los olleros de Simbila, son muy buscados y proveen a la zona de objetos de uso diario: ollas de barro, sartenes, jarras, vincos, aguateros y el cantarito, entre otros.

En Piura se practican los hermosos bailes norteños, en especial el tondero:

"Para bailar tondero netamente de Morropón,
tienes que hacer primero un repique con el cajón,
entonces el bordoneo repiqueteando empezará
y luego el rasqueteo de las guitarras retumbará..."


En toda la costa de Piura se baila el tondero, pero varía de acuerdo con cada pueblo: el de Morropón es distinto al de Catacaos, así como el de Vice, La Arena o Sechura, aunque todas estas interpretaciones desbordan alegría y belleza. En Piura y sobre todo en Catacaos, se practican además, otros bailes norteños: marinera, zamacueca y bailes negros y mestizos. Todos caracterizados con sus tradicionales atuendos, llenos de colorido y suntuosidad.

Piura es el departamento más rico del Perú, con recursos agrícolas, ganaderos, petroleros y con inmensa cantidad de productos del mar.

En Máncora se encuentran grandes filones de tunos, meros, pez espada o merlín (el de la famosa obra El Viejo y el Mar).

Piura es la región de los limones ceutí o sutiles, únicos en su especie ‑que hacen posible el cebiche‑ y se dan en los valles de San Lorenzo y Chulucanas, primeros productores de cítricos en el país. El maíz ocupa un importante lugar de producción y con él se hace la famosa chicha de Piura que calma la sed y adoba los potajes más sabrosos. Los mangos y las paltas de Morropón, el frijol zarandaja y el de palo; una enorme cantidad de cocos, así como el mejor algodón del mundo en su calidad Pima extra-largo, son favorecidos por los variados microclimas de esta riquísima zona.

La cocina piurana es original y deliciosa; tiene como base la vastísima producción agropecuaria de sus variados microclimas: Los tamalitos verdes piuranos, la Malarabia, el Seco de chavelo, los chifles y las natillas, han traspasado sus fronteras y se ofrecen en los mejores restaurantes del país.

La chicha es también un distintivo de la cocina piurana y se vende en "chicherías" que colocan en su puerta una bandera blanca que anuncia: "chicha fresca, abundante y generosa"; se sirve en "potos" o vasijas de calabaza que "secan" de un solo "bebe" y que pasan de mano en mano bebiendo todos de un solo "poto", como milenariamente se hacía en el "anccosani". Los "potos" más pequeños se llaman "cojuditos". Hay variedades de chicha: la blanca sin azúcar ni chancaca que también la llaman "mellicera", por creerse fertilizante para quienes la beben. La "entreverada" es la mezclada con el "claro", que es menos fuerte. En las chicherías también se sirven los "piqueos", sabrosísimos y bien cargaditos de ají, que piden más chicha.

La cocina piurana se reconoce por algunos rasgos muy marcados que tienen que ver con su producción agropecuaria, los plátanos son utilizados en la preparación de muchos platos: el Seco chavelo, la Malarabia, los Copuces y los Chifles, entre otros. La cecina de res, las yucas, camotes, zarandaja, maní; el algarrobo, con el que se hace refrescos como el yupisin y jarabe o algarrobina para el famoso cóctel de algarrobina. Para adobar, como se acostumbra en toda la cocina norteña, el ingrediente obligado es la chicha de jora.

Aquí, como en todas las provincias, hay marcadas preferencias culinarias de acuerdo a sus distintos estratos sociales y económicos.

Muchas familias de hacendados se establecieron en Piura construyendo hermosas casas, amplias y suntuosas, de las que casi no quedan y conservaron una tradición culinaria, con recetarios europeos que se fueron mestizando con los productos que les ofrecía estas tierras.

En la costa, la población de otros niveles, como los pescadores de Sechura y agricultores de Catacaos, conservan mucho de la cocina prehispánica.

Piura es uno de los contados lugares que conserva su tradición culinaria, que esperamos contribuir a preservar mediante la selección de sus mejores platos.


*Seco Chavelo


Tiempo de preparación: 2 Días
Tiempo de cocción: 30 Minutos


Ingredientes:


600 Gramos Bistec de tapa o cadera
1/2 Cucharadita Pimienta molida
6 Plátanos verdes
50 Gramos Ajos pelados
6 Ajíes amarillos
2 Tomates
1 Ramito Culantro
1 Vaso Chicha de jora
1 Cebolla roja
2 Ajíes limo (Capsicum sinense)
1 Limón
1/2 Kilo Yucas
1 Lechuga


Preparación:


1- Cortar filetes de carne muy delgados, espolvorearlos con sal y ponerlos en tendales aireados para que se oreen durante uno a dos días o secarlos en horno suave.

2- Al término de este procedimiento pintar los filetes con aceite de oliva y ponerlos a las brasas. Luego que estén dorados golpearlos con un mortero o mazo para suavizarlos, entonces deshilacharlos.

3- Calentar el aceite vegetal y poner los plátanos pelados y cortados en trozos grandes o "corchos" y cocerlos a fuego lento. Cuando estén blandos, majarlos toscamente.

4- Poner en una olla aceite de oliva para freír los ajos finamente picados, agregando el ají molido, los tomates rallados y el culantro picado.

5- Mezclar el aderezo con la cecina y los plátanos.

6- Servir con yucas sancochadas y con una salsa hecha con la cebolla bien lavada, finamente cortada en pluma, con ají limo, jugo de limón y aceite de oliva.


*Del libro de la autora Cocina Norteña


Gloria Hinostroza 11/01/2008

1 comentario:

Victor montero dijo...

Señora Gloria Hinostroza

Quisiera felicitarla por toda su labor y obra que justamente quiero destacar en próximo libro.
Deseo solicitarle permiso para tomar de su libro Cocina norteña y de su blog algunos textos, que por supuesto irían con los creditos respectivo, indicando obra y autor, es una libro sobre "Psicologia del Turismo y Gastronomia Peruana", muchas gracias por su atención.

vmonterolopez26@hotmail.com