viernes, agosto 31, 2007




Historia de la Gastronomía Peruana – *Dulcería y Pastelería Peruana – Parte I

La cocina precolombina no es realmente conocida en su verdadera dimensión, porque fueron muy pocos los conquistadores que tuvieron la capacidad de entender un mundo tan diferente al suyo del que sólo codiciaban sus metales preciosos.




Desde tiempos muy lejanos, los peruanos hemos sido llamados "mazamorreros". Nuestra pasión por esta delicia culinaria nos viene ancestralmente. ¿Cómo vivir sin mazamorra?

Hubo mazamorras prehispánicas. La ishkupcha o motalsa, hecha de maíz amarillo, espolvoreada con cal, y las apis, kiuma api o chankerwa, poco densas y endulzadas con frutas secas o con chancaca de la corteza tierna del maguey; otras veces con miel de molle y de algarrobo. Se hacían mazamorras de ocas y mashua, asoleadas, champu o champus de mote con frutas y lakawite api, de calabaza madura.

Al otro lado del mundo, en Europa, se extendía el consumo del azúcar que se importaba de Alejandría, India y Chipre. Debido a problemas provocados por los turcos que encarecieron estos productos, el navegante genovés Cristóbal Colón, apoyado por la Corona española, emprende el viaje que abriría una nueva ruta a las Indias, y un 12 de octubre de 1492, cuando la tripulación de las carabelas desesperaba, Rodrigo de Triana grita ¡Tierra! Pero, ¡No habían llegado a la India! ... En medio del camino se encontraron con un nuevo continente: América.

El choque cultural que se produjo entre europeos y americanos fue violento e inmediato, sobre todo en lo relacionado con la alimentación, porque si no se come no se vive. Bajo el cielo de un azul nunca visto, los españoles van descubriendo un sinfín de plantas y animales extraños: papas, camotes, ajíes, tomates, maíz, fenomenales frutas de exuberante tamaño, color, sabor y fragancias nunca antes sentidas.

La llegada de los "hombres barbados", llamados así por los naturales, produce en América una verdadera revolución cultural, ya que los credos, costumbres y leyes existentes son extirpados drásticamente. Es en este momento histórico de la llegada de Cristóbal Colón a América, cuando el activo intercambio de un sinfín de productos revoluciona la culinaria de ambos continentes.

De Europa nos trajeron el azúcar, las vides, los olivos, los cítricos, el trigo, carnes diversas y las especias, que produjeron un cambio definitivo en la culinaria local. Así como el aporte de alimentos de América al mundo fue de tal magnitud, que muchas de las cocinas más reconocidas deben su existencia a estos.

"La Cocina Española tal como la conocemos hoy, no existiría sin el aporte de productos llevados a Europa, desde lo que se llamaron las Indias. De hecho, sin las importaciones de estos productos, no existiría ninguna cocina europea. Ni franceses, ni italianos, ni alemanes o británicos, ni los españoles, pueden hoy vanagloriarse de la antigüedad de sus cocinas, porque su actual antropología culinaria y su gastronomía, deben la viabilidad de su recetario e incluso la popularidad universal de sus platos populares, más significativos, a la presencia de elementos desconocidos para ellos antes de 1492." (Xavier Domingo)

Los productos de más significado culinario que llevaron de América fueron: la papa, el maíz, tomates, camotes, boniatos, pimientos, ají o pimienta de Indias, maní, cacao, paltas, fresas, piñas, papayas y castañas, entre otros.

Cuentan las crónicas de Cieza de León:

"Por estos valles siembran los indios al maíz, y lo cogen en el año dos veces, y se da en abundancia, y en algunas partes ponen raíces de yuca, que son provechosas para hacer pan y brebaje a falta de maíz, y críanse muchas batatas dulces, que el sabor de ellas es casi como castañas; y asimismo hay algunas papas y muchos frijoles, y otras raíces gustosas. Por todos los valles de estos llanos hay también una de las singulares frutas que yo he visto, a la cual llaman pepinos, de muy buen sabor y muy olorosos algunos de ellos. Nacen asimismo gran cantidad de árboles de guayabas, y de muchas guabas y paltas, que son a manera de peras, guanábanas y caimitos y piñas de las de aquellas partes."

En el Perú precolombino, las costumbres culinarias no incluían el uso del azúcar, desconocido para los habitantes de América. Como nos cuentan los cronistas, los antiguos peruanos solo consumían ciertos tipos de azúcares procedentes de frutas y algunos otros vegetales dulces. Suplían sus requerimientos de este producto usando el sistema de cahuicharlos o sea asolearlos para aumentar sus niveles de azúcares. Así hacían que las ocas y camotes asoleados destilaran miel al asarlos.

Nos cuenta Fernández de Oviedo: "...los cuales son muy buenos cocidos, e asados tienen algo mejor sabor o de la otra manera tienen sabor a castañas muy buenas... asados e con vino, son muy buenos de noche y también en olla son buenos... aunque algo ventosos. Pero la batata es aún más delicada e melosa..."

Los frutos se secaban al sol y luego se preparaban en mazamorras dulcetes llamadas apis, algunas de las cuales aún se siguen consumiendo, siendo las más conocidas la mazamorra morada, hecha con nuestro especial maíz morado (Zea mays purple var.); la de piñas, guindones (ciruela pasa), guindas o capulí (Prunus serotina), espesadas con harina de camote, y el champú de mote, también frutado con guanábanas y piñas y ahora condimentado con especias y azúcar traídos de Oriente.

La miel de abejas o tocto era muy apreciada en el antiguo Perú y la producía una especie llamada huancayrruy tocto, carente de aguijón (Antúnez de Mayolo). Se cuenta además que hacían una deliciosa chancaca hirviendo la corteza tierna del maguey. También se extraía un jarabe dulce y rosado del fruto del molle, que al fermentar se convertía en chicha. El algarrobo (Prosopis pallida), árbol tutelar de Piura, producía una miel espesa, la popular algarrobina de nuestros días.

La cocina precolombina no es realmente conocida en su verdadera dimensión, porque fueron muy pocos los conquistadores que tuvieron la capacidad de entender un mundo tan diferente al suyo del que sólo codiciaban sus metales preciosos.

Por algunos cronistas se sabe que para los indígenas peruanos, no había ninguna distinción entre lo espiritual y lo material y el acto de comer y de beber revestía siempre, en todas las ocasiones, un aspecto calificado de religioso. "La comida, así como todo cuanto rodeaba al antiguo peruano, era sentida como algo viviente. Entre ella y el hombre se siente una afectuosa relación, casi de persona a persona". Afirma el historiador Arturo Jiménez Borja. El acto de comer y beber, revestía gran solemnidad y era un momento de amistad y comunicación. La chicha fue algo más que una bebida, era también una forma de establecer relaciones con el Todo.

En una anónima Relación de las Costumbres Antiguas de los Naturales del Perú, se menciona los problemas que ocasiona beber agua... "Pues para remediar, dice, este inconveniente y por librarse de enfermedades, inventaron el vino hecho de grano de maíz, el cual, si es simple, refresca las entrañas y el hígado, pero no limpia del todo las vascosidades. Mandaron los médicos que para que el vino tuviese los efectos que se pretendía, de lavar la vejiga y deshacer la piedra, se lindase el maíz con la saliva del hombre, que es muy medicinable. De manera que de aquí nació el mascar los niños y las doncellas el grano de maíz, y lo mascado ponerlo en vasos para que después se cociese y pasase por distintos coladores de lienzo de algodón y agua limpia, y el agua que de todo eso se exprime, sea el vino..."

Los habitantes naturales de estas tierras fueron extremadamente místicos y aún subsisten costumbres de aquellas épocas en muchos pueblos, en los que cada semana se saca en procesión al Santo Patrón de cada comunidad para que proteja sus cosechas.

El consumo de dulces empieza con la historia del hombre. Desde tiempos inmemoriales, ya en el período paleolítico inferior, los cazadores recolectaban los panales de miel silvestre como puede verse en las pinturas rupestres de la Cueva de La Araña, en Bicorp, Valencia, España.

Con el transcurrir de los tiempos se establece la apicultura y el auge del consumo de miel y cera. Hace 4,400 años en la era de los faraones, en Egipto, se encuentran las primeras representaciones del cuidado y cría de las abejas y el primer tratado de apicultura. Los griegos heredan estos conocimientos y más tarde los romanos incluyen en diversos potajes la miel de abejas para variadas formas de conservación de alimentos, glasear carnes de caza y sobre todo, jamones. Además se endulzaba el vino y se hacía mermeladas de frutas.

Hay también relatos bíblicos que mencionan la miel como parte de muchas preparaciones y en China y Medio Oriente, la incluyen en sus refinados potajes desde tiempos remotos. "Los antiguos conocieron el azúcar como resina de las cañas, que la brotaron en lágrimas". Dice Antonio León Pinelo.

El azúcar se empezó a usar en la Edad Media y se extendió a todos los estratos sociales, así como las perfumadas especias que venían de Oriente. El consumo de especias y azúcar daba a las familias fama y prestigio y en las recepciones se hacía gran ostentación y derroche de estos productos, además se les atribuía efectos medicinales.

En el siglo VIII d.C., los árabes invadieron España y se apoderaron de la mayor parte de su territorio convirtiéndola en un estado musulmán poderoso que, durante el reinado de Abderramán II, alcanzó los mayores niveles artísticos y culturales con un refinamiento que pocas culturas han alcanzado después.

La cocina española adquiere niveles artísticos con este mestizaje hispano-musulmán que introduce el gusto por las especias y el azúcar, que se apodera de los paladares europeos provocando una intensa demanda que encarece estos productos y despierta la codicia de los mandatarios españoles. La epopeya de Colón es así apoyada por los Reyes Católicos, atendiendo a la fiebre que produjo en Europa el consumo del azúcar y especias, productos que alcanzaron mayores precios que las más finas joyas.

Se traía el clavo de olor de Ternate y Tidore, en las Molucas; la canela de Ceilán; de Banda la nuez moscada y la pimienta.

Entre las especias y aromas más utilizadas por el anónimo autor del Libre de Sent Sovi y que conforman lo que podríamos llamar "el sabor de la Edad Media", figuran: la albahaca, la canela, el cardamomo, el culantro, el clavo de olor, el comino, el tomillo, el hinojo, la galanga, el jengibre, el hisopo, el perejil, la hierbaluisa, el romero, la menta, la mostaza, la nuez moscada, el orégano, la pimienta blanca y negra, la ruda, el azafrán, y la salvia. En el recetario de Ruperto de Nola (cocinero mayor del rey Fernando o Hernando de Nápoles), abunda el perejil, la miel, la menta, el clavo, el culantro, la pimienta, la salvia, la borraja, el romero, la moscada, la grana del paraíso, la mejorana y el jengibre.

En aquel entonces, al llegar los europeos, las feraces tierras americanas ofrecían excelentes condiciones para el sembrío de muchas semillas de alimentos del Viejo Mundo. Cuentan los cronistas que en 1506, Pedro de Arranca trajo las primeras cañas de azúcar a La Española (hoy compartida por Haití y República Dominicana). Pronto América se convirtió en la principal abastecedora de azúcar para Europa, lo que atrajo a muchísimos colonos de todos los países del mundo que amasaron enormes fortunas y procuraron grandes ingresos a la Corona española.

Los cultivos de Centroamérica, produjeron mejores cosechas que en su tierra de origen debido a la calidad de la tierra y el clima de abundantes lluvias. Cuenta Bernabé Cobo que La Española fue el primer lugar en el que se sembró la caña de azúcar.

Según León Pinelo los principales lugares en los que se sembró este codiciado producto fueron las Islas de Barlovento, Cuba y en particular La Española. En el Virreinato de Nueva España, Guatemala, Méjico, Michoacán, Oaxaca y Puebla. En el Virreinato de Nueva Granada, Audiencia de Santa Fe de Bogotá, distrito de Tunya, Cáceres y la ciudad de Pamplona. En el Virreinato del Perú, en Trujillo, Chicama, Zaña. En Lima, en Huarmey y Barranca; en Nazca; en Arequipa, en Camaná; en Moquegua; en Cuzco, en Yucay. En Huánuco, en Ninacaca, Apurímac y Abancay.

La primera fábrica de azúcar en el Nuevo Mundo se inauguró en 1641, en Barbados.

Cuenta el historiador y tradicionista peruano, Ricardo Palma, que: "Fue don Diego de Mora, uno de los fundadores de Trujillo y su primer gobernador, riquísimo encomendero de Huanchaco y Chicama y primer hacendado, que implantó el trapiche y elaboró azúcar en el Perú, después de haber hecho traer de Méjico caña para sus plantaciones." En otra versión el cronista, Garcilaso de la Vega dice: "El primer ingenio que se plantó en el Perú fue en tierras de Huanuco, por un caballero que no conocía..."

Después del descubrimiento de Colón, llegaron a América miles de hombres de todas las razas que produjeron un enorme intercambio de costumbres entre aquellos que traían su cultura: música, bailes, usos y preferencias culinarias y las establecidas entre los antiguos peruanos.

Es así como la Pastelería Peruana, propiamente dicha, se inicia con la llegada de los españoles a estas tierras, al introducir el azúcar y las especias sin las cuales no hubiera sido posible su existencia

*Extractos del libro de la autora Pastelería Peruana

Gloria Hinostroza 31/08/2007

sábado, agosto 25, 2007

Historia de la Gastronomía Peruana – Cocina Norteña – Las Recetas


El Ají de Pato



Es un plato exquisito y digno de los más refinados paladares. Se prepara con pechugas de pato maceradas en chicha de jora fuerte y cocidas en jugo de naranjas, crema de ají y vino.

Chepén, en donde nació este plato, es un antiguo pueblo norteño cuyo nombre proviene de la voz yunga chep que significa "nacido del polvo".

La Cocina Norteña incluye el pato en muchas preparaciones: Cebiche de Pato, Escabeche de Pato, Arroz con Pato, Ají de Pato, entre otras.

El pato peruano o ñuñuma, que era más fornido que el europeo, se consumía en épocas precolombinas en diversos potajes: uchus, waikas o platos a base de ají y carnes, sopas y otros preparados.


*Ají de Pato


Tiempo de preparación: 30 Minutos
Tiempo de cocción: 3 1/2 Horas


Ingredientes:


1 Pato embuchado de 3 kilos aproximadamente
2 Naranjas de jugo
1/2 Cuchda. Pimienta molida
1/2 Cuchda. Cominos molidos
3/4 Taza Aceite de oliva
50 Gramos Ajos pelados
2 Vasos Vino blanco seco
1/2 Kilo Ají amarillo fresco
1 Taza Caldo oscuro o cubito
100 Gramos Naranjitas chinas frescas
1 Taza Azúcar


Preparación:


1- Cortar el pato en cuatro (dos pechugas y dos piernas) y sazonarlo con sal, pimienta, cominos, una cucharada de ajos molidos y cáscara y jugo de la naranja. Dejar marinar diez minutos.

2- Calentar 1/4 de taza de aceite y freír las presas hasta que estén bien doradas, entonces agregar un vaso de vino y los jugos en que se marinó la carne. Tapar y cocer a fuego suave durante 2 1/2 horas.

3- Al término de la cocción, dejar enfriar para deshuesar. Poner los huesos en la misma olla y agregarle el vino, así como el cubito de carne y cocer a fuego lento. Luego colar y retirar el exceso de grasa del caldo.

4- Aparte sacar las pepas al ají y ponerlo a cocer en poca agua, escurrir y retirar la cascarita para luego licuarlo.

5- Freír en aceite dos cucharadas de ajos molidos hasta que se pongan amelcochados, entonces agregar el caldo de pato y el ají molido. Sumergir las presas y hervir por unos minutos.

6- Servir colocando la salsa en el fondo de un plato, encima una presa deshuesada cortada en tajadas y adornada con naranjitas en almíbar y yucas fritas al hilo.

Para hacer Naranjitas en almíbar: Lavar las naranjas, cortarlas por la mitad y ponerlas a hervir con un poco de agua. Cuando la fruta esté cocida, agregar el azúcar y dejar tomar punto.

Las Yucas al hilo se hacen sancochándolas, dejándolas enfriar para cortarlas muy finas a lo largo, luego se fríen en aceite caliente.


*Del libro Cocina Limeña de la autora

Gloria Hinostroza 25/08/2007

lunes, agosto 20, 2007

Historia de la Gastronomía Peruana – Cocina del Perú – Las Recetas -



La Ocopa o Ukupa


La comida en el antiguo Perú era preparada con sumo cuidado, como lo demuestra el vocabulario que empleaban: alliyachini o sazonar; asnaray o aromatizar con hierbas; cuntoni o el aroma de la comida o de las frutas maduras.

Utilizaron gran cantidad de hierbas y ajíes para sazonar sus comidas y sus deliciosas salsas con que las acompañaban, como la okopa o ukupa, la llatán, la kuta o la ukuma.

El sistema de mitimaes permitió que hubiera un activo intercambio de productos que llevaban los grupos humanos que eran trasladados de sus lugares de origen y es por esta razón que los mismos potajes se repiten en todo el Perú con ligeras variantes.

La ocopa o ukupa se hacía en el antiguo Perú con ajíes y hierbas deshidratadas, amuka o camarón seco, sal y maní, molidos como harina, y se usaba como fiambre en las largas caminatas.

En la actualidad es una salsa deliciosa, con los mismos ingredientes, pero mestizada con aceite, queso y rosquitas de manteca.


*Ocopa con Camarones

Tiempo de preparación: 30 Minutos
Tiempo de cocción: 30 Minutos

Ingredientes:

1/2 Kilo Camarones medianos (Cryphiops caementarius
o Macrobrachium
)
1 Cebolla roja
5 Dientes Ajos pelados
1 Rama Huacatay (Tagetes minuta L).
1 Ají panca (Capsicum baccatum rojo)
4 Ajíes amarillos frescos (Capsicum baccatum)
2 Cuchdas. Aceite de oliva
1 Taza Aceite vegetal
1 Taza Leche evaporada
2 Rosquitas de manteca
4 Cuchdas. Maní
4 Cuchdas. Pecanas peladas
50 Gramos Queso parmesano
3/4 Kilo Papas amarillas o blancas
2 Huevos
4 Aceitunas de botija.


Preparación:

1- Pelar las colas de los camarones y limpiar los cuerpos sacándoles la bolsita negra que está debajo de la cáscara, no confundir con el coral.

2- Saltear las colas sazonadas con sal, pimienta y jugo de un limón y luego los cuerpos, hasta que adquieran un color rojo.

3- Licuar sólo los cuerpos con una taza de agua hirviendo y colar.

4- Aparte, saltear la cebolla cortada en mirepoix (trozos grandes), los ajos enteros, el ají amarillo sin pepas, el ají panca soasado y sin pepas y las hojas de huacatay, hasta que empiecen a dorar.

5- Colocar esta preparación en la licuadora junto con el caldo colado de camarones, aceite, leche, rosquitas, queso rallado, maní y pecanas; batiendo hasta obtener una salsa cremosa y no muy espesa.

6- Servir sobre papas cocidas cortadas en rodajas, adornando con tajadas de huevo duro, colas de camarón, aceitunas y pecanas enteras, así como con hojas de escarola.

*Del libro de la autora Pescados y Mariscos (Premio Gourmand 2004 - Best Fisch and Seafood Book)

Gloria Hinostroza 20/08/2007

viernes, agosto 17, 2007

Historia de la Gastronomía Peruana – Cocina del Centro - Las Recetas


El Picante de Pallares Verdes con Mariscos


Cuenta la leyenda que, hace miles de años, el espíritu del pallar escapó del valle de Ica porque la gente lo maltrataba desperdiciando sus cosechas. Lo representaba un hombre blanco de gallarda figura, vestido con un manto púrpura y un cinto de oro que resplandecía al fulgor del crepúsculo. Luego de ruegos y sacrificios, accedió volver con la condición de que cuidaran que fuera bien usado.

Desde entonces si un pallar –al que llaman gallina blanca- cae al suelo, los campesinos lo besan con veneración.

Para la trilla, que se inicia con cánticos y bailes, se guisan los primeros pallares con gallina y se “asientan” con pisco puro de Ica.

Los pallares se preparan en muchos potajes: Picante de pallares, Chupe de pallares, Morusa, puré, guisados, Pushpu, ensalada, colado y Manjar blanco de Pallares.


*Picante de Pallares Verdes con Mariscos


Tiempo de Preparación; 30 Minutos
Tiempo de Cocción: 40 Minutos

Ingredientes:


1 Kilo Pallares verdes (Phaseolus lunatus)
1/2 Kilo Pulpo
2 Docenas Conchas grandes
1/4 Kilo Langostinos medianos
30 Gramos Ajos pelados
50 Gramos Mantequilla o margarina
1 Taza Caldo oscuro o de cubito
1/4 Kilo Ají amarillo fresco (Capsicum baccatum)
3 Tajadas Pan de molde
1/2 Taza Leche evaporada
1/2 Taza Crema de leche
50 Gramos Queso parmesano
4 Ramas Perejil
1/2 Cuchta. Pimienta molida
1 Limón


Preparación:


1- Blanquear los pallares en agua hirviendo (cocerlos ligeramente y enfriarlos).

2- Limpiar el pulpo y cocerlo en agua hirviendo durante media hora, escurrirlo y picarlo en tajadas finas.

3- Limpiar las conchas y langostinos (quitarles el cordón de encima de la cola) y sazonarlos con sal, pimienta y jugo de limón.

4- Freír los ajos en la mantequilla, agregándoles el ají molido, luego el caldo, el pulpo, el pan remojado en leche y licuado, los pallares, la crema, las conchas, los langostinos y por último el parmesano rallado.

5- Servir enseguida espolvoreando perejil picado. Acompañar con arroz graneado.


*Del libro de la autora Pescados y Mariscos (Premio Gourmand 2004 - Best Fisch and Seafood Book)

Gloria Hinostroza 17/08/2007

lunes, agosto 13, 2007

Historia de la Gastronomía Peruana – Cocina Limeña – Las Recetas


Las Patitas con Maní

El maní o inshic, en quechua, era uno de los productos más alimenticios e importantes en el Perú antiguo; creció en las regiones tropicales y subtropicales de América del Sur.

Como todos los alimentos, nuestros antepasados lo consideraron sagrado y fue perennizado en representaciones antropomorfas como la del "Tocador de flauta", de la cultura Mochica, así como los hermosos collares de la tumba del Señor de Sipán que representan reproducciones de maníes con cáscara, en oro y plata.

El maní se utilizó en numerosas comidas, salsas y mazamorras o apis, así como en bebidas, como el Ponche o la Chicha de maní.

Se producía también un aceite, como lo asegura García Hurtado de Mendoza: "...una semilla menuda llamada maní, que molida y cocida da de sí gran cantidad de aceite tan claro y excelente que se gasta en la comida sirviendo en las demás cosas que suele el olivo".

Las Patitas con Maní, son hechas a partir de un rokro o ajiaco precolombino, mestizado con carne de cerdo.


*Patitas con Maní

Tiempo de preparación: 30 Minutos
Tiempo de cocción: 2 1/2 Horas

Ingredientes:

4 Patitas de cerdo
1/2 Kilo Carne de cerdo
1 Cebolla
2 Ramas Apio
1 Rama Romero fresco
1/2 Cuchda. Orégano
20 Gramos Ajos pelados
2 Ajíes Panca (Capsicum baccatum rojo seco)
2 Ajíes Mirasol (Capsicum baccatum amarillo seco
1/2 Taza Aceite de oliva
1/2 Cuchta. Pimienta molida
1 Cuchta. Cominos molidos
100 Gramos Maní crudo
1/2 Kilo Papas blancas arenosas

Preparación:

1- Cocer las patitas y la carne con pimienta, sal, tres dientes de ajos enteros, cebolla, apio, romero y orégano, durante dos horas en agua que las cubra.

2- Aparte sancochar las papas y pelarlas, luego cortarlas en daditos algo pequeños.

3- Poner a calentar el aceite para freír los ajos picados finamente. Agregar los ajíes panca y mirasol, tostados y molidos, así como la pimienta y cominos.

4- Cuando el aderezo esté apenas dorado echar las patitas y la carne, deshuesadas y picadas en cuadritos, una taza del caldo en que se cocieron y el maní tostado, pelado y molido, dejando hervir unos minutos. Entonces agregar las papas.

Debe quedar algo suelto y si es necesario agregar más caldo.


* Del libro de la autora Cocina Limeña


Gloria Hinostroza 13/08/2007

viernes, agosto 10, 2007

El Movimiento Slow Food

Slow Food Es una asociación de “eco-gastronomía” sin fines lucrativos. Fue fundada en Italia en 1989 en contraposición a “Fast Food” o desaparición de las tradiciones alimentarias locales y el desinterés de las personas por lo que comen.

Slow food representa una alimentación buena, limpia y justa, acreditando que los alimentos que ingerimos deben ser sabrosos y ser producidos de una manera limpia sin perjudicar el medio ambiente.

Se trata también de encontrar alimentos en riesgo de extinción, preservándolos por ser una herencia cultural que no combina con un sistema de alimentación industrializado.

Así se forma TERRA MADRE como una reunión de comunidades de alimento que trabajan para sostener los productos alimenticios de calidad. Desde este entorno se forma una red mundial de productores alimentarios: chefes, especialistas y otros que se dedican a producir alimentos buenos, limpios y justos.

A través de la red de TERRA MADRE estas comunidades de alimento participan con sus experiencias y conocimientos dando apoyo a la pequeña agricultura en la producción alimentaria sustentada en torno a la biodiversidad posible.
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Situación de nuestra gastronomía en esta corriente

Nuestra gastronomía encaja perfectamente en esta corriente por ser un “patrimonio intangible” heredado de nuestros ancestros que la practicaron hace miles de años y que se transmite de padres a hijos como “herencia cultural”.

Esta sería además la forma de preservar muchos productos en peligro de extinción como alimentos que han sido desplazados por otros más comerciales pero de inferior calidad como es el caso de algunos cereales valiosísimos como la quinua, la quihuicha y la cañihua, así como los tubérculos y raíces que ya casi no se conocen como la mashua, la oca, yacón, arracacha, uncucha o pituca, entre otros. Son pocas las personas que conocen el delicado pató, o el mutuy (alcaparra de indias) o el delicioso cushuru.

Nuestra gastronomía milenaria, corre grave riesgo de desaparecer si se siguen mutilando o “fusionando” sus potajes más representativos para lograr una cocina anodina sin mucho futuro pero que puede dañar nuestra cocina tan bien reconocida en el mundo.

Necesitamos preservar nuestra cocina manteniendo nuestras recetas tradicionales intactas, porque podría llegar el momento en no sepamos cuál es la verdadera.

Productos “baluarte” que pueden ser incluidos

Uno de los principales es la papa nativa, llamada t’ika papa. En el Perú se cultivan más de 2000 variedades de papas nativas, sin embargo no son conocidas por los consumidores ni cinco de ellas.

En las últimas décadas el consumo de la papa ha disminuido en nuestro medio, desplazada por el consumo de arroz y fideos de fuerte apoyo comercial.

La gran mayoría de las papas nativas se cultivan por encima de los 3800 metros donde otros cultivos no son posibles, con variedades verdaderamente extraordinarias como la “Illa pilpintu”, “Cusi shonco”, “Puma chaqui”, “Inca t’ipana”, Ishkupuru”, “Muru huayro”, entre otras, que tienen los colores más bellos e intenso: morado, púrpura, rosado, fucsia, amarillo, azul.

Los derivados de la papa fueron elaborados desde hace miles de años permitiendo que se pudieran guardar por muchos años sin que se malogren, para cumplir con el mandato del Inca que decía: “Mandamos que en este reino haya abundancia de comida y que se siembre muy mucho maíz y papas y ocas y que hayan caui, caya, chuño, tamos, chochoca y quinua, olluco, mashua… que toda la comida, hasta los yuyos se sequen para que tengan que comer todo el año”. (Guamán Poma de Ayala)

En esa forma se procesó la papa por medio de la helada y del calor consiguiendo el chuño, la tunta y la moraya, que son papas deshidratadas en el hielo, de las que sólo queda la fécula. Además de la cucupa o papa seca obtenida por medio de calor.

Se colocan como baluartes de la agricultura peruana al sachatomate, aguaimanto, poroporo y pushgay,

Gloria Hinostroza 10/08/2007

lunes, agosto 06, 2007

Historia de la Gastronomía Peruana – Cocina Norteña – Las Recetas



*Seco de Cabrito con Loche


Tiempo de preparación: 20 Minutos
Tiempo de cocción: 1 Hora


Ingredientes:


2 Kilos Carne de cabrito
1/2 Cucharadita Pimienta molida
4 *Ajíes amarillos (Capsicum baccatum)
30 Gramos Ajos pelados
2 Tazas Chicha de jora (de maíz germinado) o vino blanco
1/2 Taza Aceite de oliva
1/2 Atado Culantro
1 Naranja agria
1/4 Kilo * Zapallito Loche (Cucurbita moschata)
1 Kilo Yucas
2 Tazas Caldo Oscuro o de Cubitos
1/4 Kilo Arvejas


Preparación:

1- Sazonar el cabrito con sal, pimienta, ajos picados y jugo de naranja.

2- Calentar el aceite y dorar la carne, luego agregar los ajos y ají molidos, freírlos bien y añadir el culantro picado, el loche rallado, así como la chicha y poco a poco, el caldo.

3- Cuando esté cocida la carne retirarla para deshuesarla, agregar las alverjas blanqueadas (cocidas) y servir con su salsa acompañando con yucas sancochadas.

* Del libro de la autora Cocina del Norte del Perú


Gloria Hinostroza 06/08/2007

viernes, agosto 03, 2007

Historia de la Gastronomía Peruana - Cocina del Centro - Las Recetas


Seco Huachano



Tiempo de preparación: 30 Minutos
Tiempo de cocción: 2 1/2 Horas

Ingredientes:

600 Grms. Carne de tapa de res
1 Naranja agria
100 Grms. Ajos pelados
6 Ajíes *Amarillos frescos (Capsicum baccatum)
1 Atadito Culantro
1/2 Chda. Pimienta molida
1 Vaso Chicha de jora (Maíz) o Vino blanco
1 Taza Aceite de oliva
200 Grms. Alverjitas peladas
300 Grms. *Frijoles canarios (Phaseolus vulgaris)
150 Grms. Papada de cerdo
1/4 Kilo Cebollas rojas
1/2 Chda. Cominos molidos
1 Taza Caldo oscuro o de cubitos


Preparación:


1- Cortar la carne en trozos medianos sazonándola con sal, pimienta y jugo de naranja, marinándola durante una hora.

2- Poner en una olla con la mitad del aceite y freír la carne hasta que dore.

3- Agregar entonces los ajos picados, cuatro ajíes molidos, el culantro finamente picado y dos ajíes cortados en tiras anchas.

4- Agregar el vino y el caldo, dejando cocer durante hora y media hasta que la carne esté blanda.

5- Paralelamente poner a cocer los frijoles previamente remojados desde la víspera y agregarles un aderezo hecho con la cebolla y ajos picados fritos en el aceite que queda. Añadir la papada picada, pimienta y cominos. Dejar cocer durante dos horas en olla normal o media hora en olla de presión.

6- Cuando los frijoles estén blandos, sacarlos del fuego y poner la papada en la licuadora con un poco de aquellos, licuándolos para hacerlos puré. Luego regresarlos a la olla con los demás y batir bien.

7- Servir el seco con los frijoles, acompañando con arroz graneado.


*Del Libro de la autora Cocina del Centro del Perú


Gloria Hinostroza 03/08/2007